La Chara Pecho Gris, embajador del Bosque de Encinos

Texto y Fotografías por Biol. Oscar S. Aranda Mena

Si ahora mismo realizara una encuesta a la gente que ha visitado un bosque de encinos, sobre cuáles son las aves más representativas o que más les haya llamado la atención durante sus visitas, seguramente la gran mayoría contestaría: “Los pájaros azules”. Pues bien, yo estoy totalmente de acuerdo y me sumo a la lista.

Los pájaros azules, cuyo nombre común es Chara Pechigrís, Chara Pecho-Gris o Mexican Jay en inglés (Aphelocoma ultramarina), son residentes permanentes de los bosques de encino y encino-pino de México y sur de Estados Unidos. Emparentadas con los cuervos y las urracas, son aves altamente sociales y de gran beneficio para los bosques y sus habitantes, ya que además de contribuir a la diseminación de semillas y control de insectos, hacen la función de “guardianes del bosque”, alertando a otros animales sobre peligros potenciales. Sin importar que sea al amanecer, al medio día o al atardecer, cualquier incursión humana en su territorio es rápidamente alertada, emitiendo sus ruidosos e interminables “chip-chip”, para hacerle saber a todo el bosque que estamos ahí. En pocas palabras, se podría decir que son el dolor de cabeza de cualquier biólogo o naturalista que pretenda pasar desapercibido.

Resulta también sorprendente que ésta sea considerada como una de las especies con la vida familiar más compleja del mundo de las aves. Cada grupo social tiene un territorio permanente bien definido, donde conviven estrechamente varias generaciones y cooperan en la incubación, el cuidado y alimentación de las nuevas generaciones, al grado que un solo nido puede tener polluelos de diferentes mamás, mismos que seguirán dependiendo de los adultos mucho después de abandonar el nido.

Así como éstas aves son comúnmente observadas en los bosques de encino y pino, no se les observa en lugares perturbados o deforestados, ni en las zonas rurales que colindan con el bosque. Esta es su mayor debilidad. Aunque actualmente ésta especie no se encuentra amenazada, la pérdida de hábitat amenaza su futuro. Así que ya lo sabe: La próxima vez que visite algún encinar, intérnese un poco en el bosque y espere a que la Chara Pecho Gris, digno embajador del bosque, le de una ruidosa y calurosa bienvenida.