Texto y Fotografías por Biol. Oscar S. Aranda Mena
No cabe duda que el gusto se rompe en géneros, y mientras hay a quienes les gusta algo, a otros puede resultarles desagradable o repulsivo. Tal es el caso de algunos animales que, por su aspecto físico, provocan el instintivo reflejo de matarlos o salir corriendo en cuanto son descubiertos. Sin embargo, detrás de ese desgraciado cuerpo en el que les tocó vivir, existen seres que además de ser inofensivos, poseen atributos admirables. En México es muy común que en nuestras casas aparezca de pronto una enorme polilla negra, mejor conocida como mariposa de la muerte o bruja negra (Ascalapha odorata). Resulta que a través de los tiempos, se han arraigado profundas creencias que se han heredado por generaciones, haciendo que su mala reputación les merezca un certero escobazo que por arte de magia haga desaparecer cualquier maldición que pudiera caer sobre el hogar que éstas hayan osado profanar.
Aunque sólo sean mitos, me resulta agradable saber que éstos no son una tradición heredada por nuestros conquistadores europeos como ocurre con muchas otras creencias, sino que son un legado real de nuestros ancestros mesoamericanos, quienes las relacionaban con la muerte y el mal agüero. En Náhuatl, éstas mariposas nocturnas tenían muchos nombres: Miquipapalotl, Micpapalotl, Mictlanpapalotl, Tepanpapalotl o Tetzahupapalotl.
Existe otro animal nocturno comúnmente encontrado en zonas cálidas y húmedas de México: El temido e incomprendido Tendarapo o Araña Látigo, también conocido como Cancle o Cankle en las costas del Pacífico mexicano. Lo componen 20 especies distintas del Orden Amblypygi y debo reconocer que estéticamente, éste es un bicho poco agraciado, y causa tanta repulsión que fue utilizado en una de las películas de Harry Potter y descrito como un ser “letal”, aunque nada más lejos de la realidad. Curiosamente, no existen mitos conocidos en México, aunque la creencia infundada sobre su peligrosidad está profundamente arraigada. A diferencia de otros artrópodos como arañas y alacranes, éstos no tienen glándulas de veneno, y aunque poseen 4 pares de patas, el primer par funciona como órganos sensoriales, habiéndose adelgazado y estirado tanto que parecen antenas o látigos. Gran parte de su terrorífico aspecto se lo dan sus espinosos pedipalpos, algo así como un par de patas que hacen la función de las tenazas de un cangrejo, y los utiliza para capturar presas y sujetarlas mientras las devora.
Luego de describir 2 animalillos que bien pueden ser los protagonistas de nuestras peores pesadillas, llega el momento de hablar bien de ellos y tratar de reivindicarlos. Intentaré salvarlos no sólo de su mala reputación, sino de una inútil e injusta muerte debajo de un zapato o una escoba.
Las mariposas negras, por más feas que le parezcan, son las mariposas nocturnas más grandes del Continente Americano y se alimentan exclusivamente del néctar y fluidos de frutos y cortezas. En el mundo natural juegan un importante papel como alimento de muchas aves y mamíferos. Respecto a su presencia en los hogares, esto es muy sencillo de explicar. Debido a que son seres de hábitos nocturnos poseen, como prácticamente todos los insectos, una hipnótica atracción hacia las luces artificiales. Una vez ahí, y llegado el amanecer, buscarán un rincón obscuro para descansar, esperando la llegada de la noche para seguir su camino. Y no, todas esas creencias de que su presencia anuncia la muerte de un miembro de la familia no son ciertas… Puede Ud. descansar tranquilo.
En cuanto a los Cancles o Tendarapos, son unos animales extremadamente tímidos y rara vez se dejan ver, a menos que usted salga por la noche a explorar los alrededores, ya que son típicos de zonas húmedas y cálidas donde aún exista abundante vegetación y escondites. Si vive en la ciudad no tiene mucho de qué preocuparse, pues difícilmente se encontrará alguno, y si vive en alguna zona rural o en el campo, tampoco pierda el sueño, pues éstos extraños animales le ayudarán a eliminar cuanto bicho se les ponga enfrente, incluyendo las arañas y los peligrosos alacranes. Por algo en algunos lugares del sureste mexicano les llaman “limpia-casas”. Así que ya lo sabe: la próxima vez que se encuentre alguno de estos dos seres terroríficos, piense que su presencia es temporal y pasajera. Perdóneles la vida y sobretodo, ¡Duerma tranquilo!
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