Texto y Fotografías Por Biol. Oscar S. Aranda Mena
Probablemente sean los bichos más odiados del planeta, pues son capaces de sacar de sus cabales hasta al más apacible ser humano. Zumbando por doquier, le dan la bienvenida al verano, felices de picar a quien se les ponga enfrente. Pero, ¿qué hay detrás de esos molestos bichos?
No hay nada peor que intentar dormir mientras un “invisible” mosquito hace de las suyas. Igual pica en la planta del pie que en la cara, zumbándole provocativa e insistentemente en los oídos, como asegurándose de no dejarle conciliar el sueño. Se levanta malhumorado y pasa largo tiempo encendiendo la luz e intentando localizarlo sin éxito. Apenas apaga la luz y se recuesta, nuevamente comienza el martirio… ¿le suena familiar? En realidad, esa mala fama la adquieren por culpa de las hembras, quienes tras reproducirse necesitan obtener las proteínas necesarias para nutrir los huevos que producirán. El resto de los mosquitos machos, se alimentan exclusivamente de néctar y sustancias dulces de las plantas, flores y frutos, sin entrometerse en nuestras vidas.
Si quisiéramos nombrar a los mosquitos por su nombre la lista es casi interminable, pues en el mundo entero suman alrededor de 3,500 especies, de las cuales unos 200 son chupasangre. Tal vez sea por eso que nos resulta más fácil llamarles a todos “mosquitos” o “zancudos” por igual, y aunque en México el número de especies no supera las 30, sí se encuentran algunas de las más peligrosas, por su capacidad de transmitir enfermedades con su picadura.
Un piquete puede o no causar una reacción alérgica severa, causando hinchazón y una incontrolable comezón. Las alergias son en general causadas por la saliva que inyectan al picar, antes de succionar la sangre. Es en ese momento, a través de la saliva, es cuando pueden causar enfermedades tan severas como la encefalitis o transmitir virus tan peligrosos como la malaria, fiebre amarilla, el dengue y la hepatitis, para los cuales aún no existe aún cura definitiva.
Uno de los mosquitos más peligrosos, Aedes aegypti, fue traído accidentalmente por los colonizadores españoles, matando a alrededor de 50 millones de personas nativas del nuevo mundo. Aunque es una especie nativa de Egipto, ahora se distribuye prácticamente por todo el planeta. Además de su peligrosidad, las campañas para erradicar a los mosquitos en México y muchos otros países no son realmente efectivas por la rapidez en la que éstos se reproducen y por la ignorancia o el desinterés de la gente que mantiene (muchas veces sin saberlo), recipientes que incuban los huevos de los mosquitos, quienes completan su ciclo de vida en tan solo una o dos semanas. A pesar de ello, miles de litros de fortísimos y peligrosos químicos son pulverizados en el aire cada año, matando a miles de otros insectos benéficos y causando efectos nocivos en la salud de quienes los respiran.
Se sabe que en general los mosquitos no se desplazan más allá de 100 metros del lugar donde nacieron, por lo que probablemente los mosquitos que nos pican por la noche fueron incubados en nuestra misma casa o en la casa del vecino. Esa molesta hembra zumbona estará poniendo hasta 300 huevecillos cada 3 días, alimentándose de sangre antes de depositarlos. Si los mosquitos viven alrededor de 30 días, el número de mosquitos que están listos para aparearse cada día es simplemente incalculable.
Su papel en la naturaleza y en nuestras vidas
Como biólogo y amante de los bichos, con todo el dolor de mi corazón, debo confesar que los mosquitos son los únicos bichos que detesto, aún sabedor de que éstos indeseables zancudos son parte esencial de la polinización de las plantas y árboles, como el mismísimo cacao. También forman parte importante de la cadena alimenticia en la naturaleza al alimentar a innumerables especies de insectos y aves, tanto acuáticos y terrestres, además de ser un importante motor de la economía del mundo. ¿Se ha puesto a pensar cuántos productos existen para combatirlos o para curar sus picaduras? Definitivamente son, sin quererlo, creadores de empleos. ¡Sólo necesitamos que se invente un método para evitar sus picaduras! No basta con tener el producto mata-bichos más poderoso del mercado. Necesitamos ser cuidadosos de no dejar recipientes con agua estancada como floreros o recipientes abandonados. Si todos hiciéramos eso, tal vez podríamos pasar una mejor noche y despertaríamos con una actitud más amable y cortés hacia nuestros semejantes.
Me resulta interesante una reflexión que escuché alguna vez, refiriéndose a que los mosquitos son un castigo divino. Tan arraigada ha estado, que durante la colonización de Norteamérica, los británicos aseguraban que la mortandad de los nativos americanos era una prueba de que Dios había concendido a los colonizadores el derecho sobre esas tierras. Sean o no un castigo divino, es totalmente cierto que estos pequeños bichos de apenas 2 miligramos de peso, sean capaces de hacernos ver el poco dominio que tenemos sobre la naturaleza. Mi conclusión es que tal vez por eso están aquí: Su misión es recordarnos que nosotros ¡No somos los reyes del planeta!
Ciertísimo hijo, muy bien.
Rosa María Mena
Me gustaMe gusta
Excelente artículo. Pienso que seguramente en mi habitación sólo llegan mosauitos hembras, pues todos pican! Saludos.
Me gustaMe gusta
Muy buena información.
Me gustaMe gusta