Texto y Fotografías Por Biol. Oscar S. Aranda Mena
Si un extranjero dibujara cómo se imagina un paisaje mexicano, seguramente aparecería un nopal en la imagen descrita. Pero, ¿qué tanto sabemos de esta planta tan singular? Las cactáceas son un grupo de plantas que evolucionaron exclusivamente en el continente americano, adaptadas para vivir en lugares donde llueve muy poco. México está dominado en gran parte por ambientes secos y semidesérticos, por lo que ésta familia de plantas se desarrolla casi en cualquier lugar. Se caracterizan por tener un tejido carnoso para almacenar agua, cubierto de una capa de piel “cerosa” e impermeable para evitar la pérdida de humedad y el sobrecalentamiento, protegido además por largas y afiladas espinas llamadas “púas”, y otras pequeñitas y finas que se adhieren fácilmente a la piel, llamadas “glóquidos”.
El nopal (Opuntia sp.), es conocido principalmente por ser el representante más grande y abundante del país, aunque existen en México unas 107 especies diferentes. Domina los paisajes áridos del centro y norte del país, donde algunas especies alcanzan un tamaño “espinosamente impactante”, similar al de un árbol. Debajo de esa carnosa textura, tienen un esqueleto sorprendentemente duro, lo que aunado a su gran tamaño, les ha permitido resistir a las heladas, al fuego, y a los ataques de los campesinos cuando intentaban eliminarlos para preparar terrenos para la ganadería.
Por su naturaleza resistente, de un trozo de nopal puede nacer una planta nueva, y de ello derivó que en la antigua mitología azteca se le considerara como “la planta de la vida”. De hecho, aunque todos sabemos que el nopal es uno de los símbolos de México que aparecen en el Escudo Nacional, pocos conocemos los detalles de la antigua leyenda azteca: En 1325 los Aztecas fundaron su capital Tenochtitlán, como consecuencia de una revelación a un sacerdote en un lugar en que un cactus crecía sobre una roca hasta convertirse en un “árbol lujuriante”, en el punto justo donde se posó un águila a descansar. La leyenda fue plasmada por los mismos Aztecas en el “Codex Mendoza”, y curiosamente, no se aprecia ninguna serpiente en ella.
En muchas partes del mundo, lejos de sus zonas originales de distribución, el nopal es un componente típico del paisaje. En España, por ejemplo, hay nopales por todas partes, especialmente en la zona del Mediterráneo donde encontraron condiciones sumamente favorables. Se han naturalizado tras su introducción intencional desde la Nueva España por Don Gonzalo Hernández de Oviedo y Valdés, durante la segunda mitad del siglo XVI.
La etimología del nombre Opuntia, tiene un origen bastante curioso: Procede de Opunta, una antigua ciudad griega, en cuyas proximidades crecían grandes cantidades de higueras dulces de las que se obtenía un látex que se utilizaba entonces para cuagular la leche. Por su similitud, los frutos del nopal o “tunas” fueron relacionadas con los higos, por lo que se puede definir Opuntia como “planta que da frutos parecidos a los higos”. Curiosamente, en España les llaman “chumberas” y a sus frutos “higos chumbos”, aunque prácticamente nadie los aprovecha, pues comer tunas es por demás, una tradición mexicana.
De tradiciones, ni se diga
Faltaría espacio para hablar de todo el uso tradicional e histórico que existe alrededor del nopal, principalmente en su utilización como alimento y con fines medicinales. Desde tiempos prehispánicos se le ha utilizado ampliamente para elaborar más de 350 distintos alimentos, bebidas y aceite, además de obtener de él productos como papel, pegamento, impermeabilizante, y las fibras necesarias para fabricar amarres y postes. Muchas de esas tradiciones desaparecieron tras la colonización española, pero afortunadamente otras tradiciones fueron inclusive exportadas al viejo mundo.
¿Una cura maravillosa?
Como ocurre con muchos otros productos, los medios intentan “vendernos” la idea de que los productos de nopal nos quitarán todos los males y hasta nos harán adelgazar. Gran parte de la información que nos proporcionan no es verídica, pero otra parte lo es, así que tenga en cuenta la siguiente información:
Se sabe por ejemplo, que el nopal fresco, asado y preparado para comer, retiene mejor sus propiedades nutritivas que los productos elaborados a partir de éste, como pastillas y polvos. Sus frutas son tan nutritivas como la manzana o las peras, las naranjas y las uvas, aunque probablemente la mayor aportación del nopal a la sociedad ha sido su aspecto medicinal, utilizado por las culturas prehispánicas y adoptado por los conquistadores españoles, y es utilizado aún hoy en día para tatar enfermedades renales, úlceras, fiebres, reducir el colesterol y hasta para ayudar a controlar la diabetes.
Si bien está de moda que ciertos productos de nopal ayudan a bajar de peso, no hay estudios que lo comprueben, pero se cree que por sus características, éste causa sensación de saciedad, provocando que se coma menos. Lo cierto es que nuestros ancestros lo utilizaban y mucho de ese conocimiento se perdió. Se sabe que grandes compañías farmacéuticas han organizado expediciones “secretas” a los bosques secos de México para recolectar gran cantidad de plantas y cactáceas, y han estado recopilando información de los pueblos más tradicionales para rescatar esa valiosa información que puede ayudar a descubrir nuevas medicinas. Lo malo es que de esa forma, la riqueza que éste conocimiento genera no le llega a nuestro pueblo, el verdadero y único guardián y heredero de la naturaleza mexicana. Como mexicanos que somos, hoy y siempre debemos valorar y cuidar todas las bondades que nos regala nuestra tierra, y preservarlas tanto como nuestras tradiciones.
En el sur de Italia ( Basilicata, Sicilia, Calabria, Puglia y Sardegna) se come mucha tuna, en verano se puede comer como postre todos los días.
Se le llama Fichi d’india, que traducido sería algo como «Higo de India» que hace referencia a «Las Indias» (Nuevo continente)
Se ven nopales en el borde de todas las carreteras de estas regiones y la Tuna es tan popular que el italiano «medio» está convencido que es planta autóctona, además el MIPAAF (Ministerio de la Política Agrícola, Alimentaria y Forestal) la reconoció oficialmente como producto «tradicional» e incluso hay variedades AOC (Apelación de origen controlado) como la Ficodindia del Valle de Belice, del Valle del Torto, la San Cono o la del Etna.
Como dato curioso, en Sicilia y Malta se encuentra la mayor densidad de plantas de nopal de todo el mediterraneo.
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Un dato muy interesante. Gracias por enriquecer la información!!
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Muy interesante saber tantas cosas de nuestro símbolo, y las tunas son riquísimas, deben probarlas quien no lo ha hecho. Gracias Oscar…
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