Muchos de nosotros nos sorprendemos al ver a un perro y un gato jugar y dormir juntos, o un gato cuidando de un pollito. Los animales al igual que las personas, aprenden a vivir en armonía o reprimir sus instintos cuando se les da la educación adecuada desde pequeños. Qué afortunados esta gallina y este gato, al convivir en el campo sin prejuicio alguno. Foto tomada en un caserío escondido en los límites selváticos del norte de Jalisco, México.
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