Cuando están ahí, las ignoramos, pero cuando no están, extrañamos su sombra. Lo cierto es que a pesar de no tener ninguna estructura “física” más que el vapor de agua y partículas en suspensión, son únicas, caprichosas y etéreas, como con vida misma. Me encantan las nubes y todo lo que éstas representan para nuestras vidas. ¿Quién no se ha puesto a buscarle forma a las nubes? Este es mi pequeño homenaje a las nubes que son como las personas… ¡No hay ninguna igual!