De México para el mundo: La flor de Nochebuena

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Texto y Fotografías por Biol. Oscar S. Aranda Mena

No cabe duda que la nochebuena se ha convertido en uno de los símbolos más poderosos de la navidad. Y los mexicanos debemos sentirnos orgullosos que ésta sea una planta originaria de nuestro país. Aún cuando ha sido utilizada en México desde la época prehispánica, la planta que usamos actualmente para adornar nuestras casas dista mucho de ser la verdadera nochebuena mexicana.

La verdadera Nochebuena

La “cuetlaxóchitl” (nombre original en lengua náhuatl) fue descrita y clasificada científicamente en 1834, a la cual se le dio el nombre latín de Euphorbia pulcherrima, que significa en latín “la más bella”. Ya era muy apreciada por los aztecas, pues su color simbolizaba la sangre de los sacrificios que los indígenas ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas. Ellos extraían el látex (jugo lechoso y blanco de sus ramas) y lo utilizaban para elaborar una medicina contra la fiebre, mientras que el color rojo escarlata de sus hojas era utilizado para teñir artículos de cuero, tela y cosméticos.

Traducido literalmente de su nombre náhuatl como “flor que se marchita”, se cree que la traducción real significa “flor de pétalos resistentes como el cuero”. Esta planta es en realidad un arbusto que puede alcanzar hasta 4 metros de altura. Su variedad nativa puede actualmente ser encontrada en estado silvestre en bosques tropicales y subtropicales de México y Centroamérica; principalmente en cañadas y zonas sombreadas, discretamente distribuida en las zonas montañosas, pudiendo apreciarse a la distancia por sus llamativas hojas rojas.

Una flor que no es flor

Aunque lo que ha hecho famosa a a «Flor de Nochebuena» son sus enormes pétalos rojos,  éstos en realidad no son pétalos sino hojas modificadas llamadas «brácteas», que rodean a unas minúsculas flores amarillas con verde que pasan casi desapercibidas. A pesar de ello, estas brácteas hacen la función de pétalos, pues acompañan la floración, haciéndola más visible para sus polinizadores. La floración de esta planta arbustiva está estrechamente relacionada con el ciclo solar anual, por lo que cuando los días se acortan y hay menos disponibilidad de luz, ésta tiende a florecer, lo que coincide con la temporada invernal-navideña.

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Su uso en las fiestas navideñas

Contrario a lo que se cree, las tradiciones prehispánicas relacionaban esta planta con la guerra y el derramamiento de sangre. Luego de la colonización española, la Poinsettia (como se le conoce en muchos países) se comenzó a utilizar como adorno navideño en México durante el siglo XVI, luego de que sacerdotes franciscanos las utilizar para adornar altares navideños, pues la tradición indicaba el uso de colores carmesí, y se les podía encontrar en las laderas montañosas.

Nochebuenas «extranjeras»

Si Ud. se pregunta por qué las plantas de noche buena «son tan caras» he aquí la respuesta: Esta bella planta saltó a la fama a principios del siglo XIX, cuando el primer embajador estadounidense en México (Joel R. Poinsett) la llevó a su país luego de quedar encantado con su belleza, dedicando parte de su vida a cultivarla exitosamente y distribuirla por toda la unión americana, por lo que decidió patentarla. Desde entonces las plantas de nochebuena que se cultivan en México, pagan derechos a los actuales poseedores de ésta y otras patentes, dependiendo de la variedad.

A raíz de los desarrollos tecnológicos, actualmente los Estados Unidos y algunos países europeos han desarrollado y patentado nuevas variedades de nochebuenas a través de la modificación genética y la hibridación, encontrando gran variedad de colores.  Sin embargo, dadas las favorables condiciones climáticas para su desarrollo, estas plantas son cultivadas en México y nuevamente exportadas.

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El futuro de la Nochebuena en México

Cada vez es más difícil encontrar ejemplares grandes de nochebuenas nativas. Algunos las recordamos en el jardín de casa de los abuelos, o en algún parque de la ciudad, con esas hojas alargadas que son tan diferentes a las variedades actuales de hojas redondas. Pocas personas conocemos la realidad detrás de estas hermosas plantas, pero ya se han logrado registrar dos distintas variedades nativas mexicanas, que nos permite ostentarlas nuevamente como una planta “verdaderamente mexicana”, aunque sus raíces ya lo sean por derecho propio.

Es sorprendente cómo los mexicanos nos sentimos en ocasiones “indignados” por que otros países hayan sacado provecho de algún producto de nuestro país, pero no nos esforzamos en proteger y aprovechar racionalmente lo que tenemos a nuestro alrededor, muchas veces en gran abundancia. Poco a poco vamos perdiendo nuestra riqueza natural, y son (para nuestra tristeza) los extranjeros quienes valoran y se preocupan por cuidar y proteger nuestros recursos naturales. Un cambio de actitud de los mexicanos será el primer paso para ser un mejor país. Espero que poco a poco las variedades actuales que encontramos a la venta sean sustituidas por esas nochebuenas patentadas mexicanas, que representan muchos años de esfuerzo por parte de instituciones de investigación y de gobiernos, que buscan proteger y defender las plantas nativas mexicanas.

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